Dice
que había una vez un zorro y una perdiz que eran amigos. Y el zorro
le envidiaba el silbido de la perdiz. Y que el zorro de noche
pensaba, dice:
-¿Cómo
hace la perdiz para silbar?
Y
él pensaba soñar cómo hacía la perdiz para silbar. Entonce que
dice un día, que no se conformaba, que la llama y que dice:
-¿Cómo
hacé vo para silbá?
Dice,
y dice:
-Es
muy fácil.
-¿Y
cómo puedo hacé yo para aprender a silbá?
-Y
bueno -dice- te tení que cosé la boca.
-Y
entonce ¿cómo me voy a cosé yo? -que dice.
-Y
bueno, si querí yo te la coso.
Entonce
le había cosido la boca. Y había empezau a silbá. Y que 'taba
contento de lo que iba aprendé a silbá.
Y
dice, claro, ya no le tenía envidia.
Y
entonce, un día, que la perdiz que se escuende atrás di un tronco.
Y que por áhi tenía que pasar el zorro. Entonce pasa el zorro y que
no la ve a la perdí y entó que dice:
-Ahora
que me ha enseñado cómo voy a silbar -que dice- no voy a tener
problema en comela, total, ya sé silbá.
La
perdiz le ha oído y ha tenido cuidado.
Entonce
que se va el zorro y se encuende por el lugar donde tenía que pasá
la perdí. Y entonce que venía la perdí silbando. Que dice:
-Ahora
me la voy a comé -que dice, sí.
Y
entonce que pasa la perdí y que se ha volado; que el zorro se
arrepiente de comerlo. Entonce, y claro, y mientra pasaban lo día,
dice que el zorro le hacía burla lo que él había aprendido a
silbá. Entonce que dice la perdí.
-Ya
va a ve lo que te voy hacé -que dice así.
Bué...
Y entonce un día venía el zorro silbando. Y entonce la perdí se
encuende. Y en lo mejor que el zorro venía silbando que le sale
volando, así, di atrá di un tronco. Entonce que el zorro no se dio
cuenta que tenía la boca cosida, y entonce quiso comerla, y entonce
abrió la boca y se le rajó di oreja a oreja. Y le quedó la boca
más grande, quedó bocacho como es.
Candelario
Beltrán, 21 años. Simoca. Monteros. Tucumán, 1970.
Campesino
inteligente. Buen narrador.
Cuento
687 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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anonimo (argentina) - 048
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