Eran
compagres la chuña con el zorro.
Y
el zorro la invitó a la comagre chuña a comer un potaje en su casa,
una vez.
Que
a la chuña le gusta mucho el arrope. Y va el zorro, y le pone el
arrope en una piegra lisa. Y que le dice:
-¡Venga,
comagre! ¡Sirvasé! ¡Sirvasé!
Y
va la chuña a comer y no podía alzar nada. Que picaba, picaba, y
¡nada! Y que le dolía el pico. Y picaba, picaba. Y ya cuando se ha
lastimau el pico, que sale y dice:
-¡Qué,
mi compagre, que me ha hecho quebrar el pico!
Y
el zorro comía lo más lindo. Se acabó el arrope. Y la chuña salió
meciendo la cabeza con el pico roto. Que le dolía mucho.
Al
tiempo, que lo ha envitau la chuña al compagre zorro. Que le ha
dicho que le iba a servir una cosa que a él le gusta mucho. Y que se
ha ido el zorro a la casa de la comagre chuña. Y que va y que le
pone una botea de miel sobre una piegra. Y que le dice:
-¡Venga,
compagre! ¡Sírvase! ¡Sírvase!
¡Y
qué iba a servirse! Que la lambía no más a la botea por el pico,
por todos lados, y ¡nada! Y la chuña metía el pico y sacaba y
comía.
Y así
se la pagó al compagre zorro. Es ardiloso el zorro, pero jue más
ardilosa la chuña.
Susana
O. de Romero, 76 años. Alta Córdoba. Capital. Córdoba, 1952.
Mujer
de pueblo, rústica. Buena narradora.
Cuento
651. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
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