Diz
que una vez un zorro ha pillao una perdiz. Al sentirse perdida la
perdiz, ha pedido clemencia al zorro. Diz que el zorro li ha dicho
que le enseñe a silbar si quiere que no lo coma. La perdiz li ha
dicho:
-Eso
es lo más fácil, pero te tenís que coser la boca si querís
silbar.
El
zorro li ha dicho que güeno. Diz que entonces la perdiz li ha cosío
el hocico a ambos lados de la boca. El zorro ha soplado y diz que li
ha salío un soplidito como silbido, y áhi lo ha dejao, po, salvarse
a la perdiz.
Diz
que la perdiz ha ido y si ha puesto escondidita en un caminito pa
asustar al zorro, qui andaba a caballo en un avestruz. El zorro iba
hecho un gran jinete en el avestruz, muy ligero por ese camino. Diz
que iba probando el silbidito. Y áhi le ha volado de golpe la
perdiz. Y si ha asustao el caballo y lu ha voltíao al zorro. Y el
zorro ha querío cazar a la perdiz y ha abierto grande la boca sin
acordarse que 'taba costuriada, y se li ha rajao, po. Y diz que ha
dao un grito terrible y ha quedao con la boca más rajada de lo que
la tenía. Y así ha quedao, el zorro.
Rosario
Mamaní, 45 años. El Remate. El Carmen. Jujuy, 1949.
Colla
analfabeta. Pastora. Buena narradora.
Cuento
682 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
No hay comentarios:
Publicar un comentario