Había una vez una joven tan
amiga de divertirse, que todo lo olvidaba por una hora de entretenimiento.
Un día, mientras bailaba en
una gran fiesta de la comarca, le avisaron que su madre estaba muy enferma y mandaba
por ella.
La muchacha se sobresaltó
con la noticia, pero, como estaba acostumbrada a no privarse de ninguna
diversión, el gusto pudo más que su deber de hija, y se quedó hasta el fin.
Cuando volvió a su casa, la
madre había muerto. La muchacha la lloró a todas horas sin consuelo, y la Providencia castigó su
culpa convirtiéndola en una ave de aspecto raro y siniestro: es el urutaú [1],
que huye de toda presencia y vaga solitario. En la oscuridad de la noche, y en
el silencio de la selva, llora y llorará siempre con su grito extraño y
lastimero.
Tomado del libro: Antología
Folklórica Argentina para las Escuelas de Adultos - Consejo Nacional de
Educación. (1940)
015 Anónimo (argentina)
Urutaú se llama en la región del
N.E. argentino y cacuy en la
del N.O. Urutaú es nombre guaraní, las etimologías propuestas
por algunos autores no son claras.
El urutaú inspiró a Guido Spano su
famosa Nenia.
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