Bien... Se fue a buscarlo
al casero. El casero estaba en un charquito de agua, haciendo con su piquito
barro para hacer su casa.
Viene el zorro y lo saluda:
-¡Ahora vas a ver! -le
dice, te voy a llevar al frente de Alejandra y te voy a comer para que veas que
no seas sinvergüenza, que me has descubierto que no puedo subir a los árboles.
Bien... El casero, lo que
iba gritando áhi, los otros lo seguían, los otros caseros , los pájaros, todos asustados, el
griterío, ¿no?
-Deciles que no sean tan
cobardes. Si nunca han visto llevar un hombre a la muerte -le dice al zorro.
Y entonce el zorro cré,
pues, y abre la boca para decirle a los otros, y entonce se escapa el Alfonso,
se sube a un árbol y se salva.
Amílcar Aniceto Zapata,
79 años. Estancia «Don Cristóbal». Nogoyá. Entre Ríos, 1970.
El narrador está
afincado en el lugar. Es ganadero. Muy buen narrador.
Excepcionalmente la
calandria ocupa el lugar de la paloma del
cuento tradicional.
Cuento 30. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 030
No hay comentarios:
Publicar un comentario