Un día el tío tigre salió y se
encontró una vaca y la mato. Entonce, cuando la 'taba carniando, llegó el zorro
y dice:
Le ayudó el zorro para que el asado
estuviera pronto. Cuando 'tuvo el asado se lo comió ligero, apurado. 'Taba todo
trapicao,
el zorro, y se le caían los mocos. Comió, y se fue...
-El zorro vino y me dijo que habías
dicho vos que le hiciera el asado inmediatamente con papas, y yo se lo hice.
Y salió el tigre a buscarlo. Y lo
encontró metiendosé en una cueva. Y le alcanzó a agarrar la punta de la cola. Y
entonce el zorro le dice:
-Por qué no se queda cuidando acá,
que yo voy a ir a buscar una pala y una picota para sacarlo al zorro. Y usté se
queda cuidando.
Y el quirquincho los abrió grandes,
y el zorro chiquitos. Y cuando el quirquincho abrió grandes los ojos, el zorro
le tiró un puñado de tierra. Lo dejó ciego al quirquincho y disparó el zorro. Y
también disparó el quirquincho.
Cuando vino el tigre no encontró ni
quirquincho ni zorro. Más enojado empezó a escarbar, y a escarbar, y todo. No
encontró nada. Y se fue a la casa y se enojó con la tigra, allá.
A la noche, todas las casas que
había dejado de la vaca, vinieron los gatos, el quirquincho y el zorro, y se
las comieron. Cuando se despertó el tigre más enojado, no encontró nada.
Laura Beatriz Álvarez, 11 años.
Chos Malal. Neuquén, 1960.
La narradora es una niña de familia
culta. Aprendió el cuento de la criada Matilde Sepúlveda, de Tricao Malal, que
era una buena narradora.
Cuento 207. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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