Éste era un tigre y si había hecho
amigo con un zorro. Andaban ambulantes los dos, andando. Andaban con un lacito.
Y le dice el tigre:
-Bueno, amigo zorro, me va a
servir. Te gua conchabar para que mi avisés adonde viene un animal pa que
carniemos, pa que comamos.
-Andá asomate a aquella loma, ve si
viene alguna hacienda. Y la clase de hacienda que venga a la aguada acá, acá la
voy a enlazar y la vamos a carniar.
Bueno... Se escondió el tigre con
su lacito armado. Bajó el potro. Al lado 'tá tomando agua. Pegó el salto, lu
enlazó y lo mató.
Comenzó a carnialo. ¡Gordo! Y éste
comenzó a comer él no más, y sacaba las presas que quería y las colgaba, y al
zorro no lo convidaba con nada, con nada. Y ya se moría di hambre.
Agarró la vejiga y la sopló, buscó
un poco di abejones qui había por áhi, juancoiros, la llenó di abejones, y
subió arriba de un monte.
-¡Usté sabe!, viene una cuadrilla.
Viene mucha gente armada, debe ser policía. Policía y perros también vienen.
Ya li había dado, ya, un costillar
y el pecho para que le llevara a la tía tigra. Y lo tenía colgau. Y él se escondió.
Ya no vinieron. Era mentira, po. Pasó un rato. El zorro se llenó, comió de lo
que él quiso del animal, de lo que él se le antojó, se llenó bien. Y le dice al
tigre que salga, que ya había pasado.
-Y bueno -le dice, llevame este
costillar a tu tía tigra, y este pecho, que lu ase, que esta noche voy a ir.
-Acá le manda mi tío tigre, tía
tigra, que ase este costillar, que lo comamos y que durmamos juntos.
Mientra él iba a dormir con la
tigra.
-Vení, cuidame este preso mientras
yo vaya a las casas a trair un azadón, una pala, para cavar acá, para sacarlo.
No lo vas a dejar ir. ¡Hijo 'e pucha! ¡Canalla! Mi ha hecho una picardía muy
grande.
Y güe... Ya se jue el tigre a trair
el azadón a buscar la pala. Y el pájaro queda áhi cuidando. En eso que 'ta ahí,
el zorro le dice:
Ya viene el tigre:
Y lo siguió puel rastro día y
medio. Ya no durmió esa noche, el zorro. 'Taba muerto 'e sueño. Si había
dormido a la oría di una laguna. Áhi lu halló el tigre. Ahí lo cachó, áhi no
más.
-Y esperesé, tío tigre, no me coma
todavía. Comamos una mitá de queso que 'stá en el agua y yo no la puedo sacar.
Y di áhi me come. Y yo, como soy tan brazos cortos, no la puedo sacar. Usté es
más bracitos largos. Así que yo lo voy a tener de la cola u di una pata para
que la alcance.
Y áhi de modo que era la luna, po.
La luna, que 'taba áhi y el tipo le decía qu' era un queso. ¡Cuándo l' iba
alcanzar!
Ya cuando iba muy abajo el tigre,
ya lo pechó del anca. ¡Adiós! ¡Al remanso! Y se las echó, el amigo zorro.
¡Patitas pa cuando son si no son para ahora! ¡No hay nada qui hacer!
Y bueno... Y lo siguió puel rastro,
el tigre otra vez. Y... lu halló en el medio de unos bosques. Y lu agarró.
-Bueno -le dice-. Ahora ya no te
vas a salvar. Ya van dos picardías grandes. Ahora ya no te vas a salvar. ¡Te
como, te como y te como!
-Bueno, muy bien, señor, ¿pero sabe
que tengo una gaína, recién degollada? La gaína 'ta sin cocinar porque no tengo
juego. ¿Pórque no mi hace una gauchada? Vaya y traiga el jueguito que se ve
allá, en aquella casa, y... mientras yo vaya preparando l' olla, acá vamos
hacer juego, pa que comamos la cazuela,
y di áhi me come.
Pucha, el tigre también tenía
hambre, y ya le gustó el partido. Ya se jue. Era el sol que venía saliendo. Ya
se jue el tigre. ¡Cuándo iba llegar, no!
Ya hizo juego. Cocinó la gallina en
una cacerola y se subió arriba di un monte. Comió la gallina y se subió con l'
agua caliente que tenía la sopa de la gallina.
-Pase, venga, comamos acá la
cazuela. Subasé arriba. Pero así, de cabeza no puede. Con l' anca primero
subasé. Así es fácil subirse -porque el tigre no puede subir, no tiene coyonturas,
pero que con l' anca iba andar bien, decía el zorro.
Y empezó a subir el tigre. Ya
cuando iba cerquita, le vació l' olla caliente, en las verijas, en l'anca. ¡Qué
diablo, si asó! Se revolcaba el pobre tigre. Lo quemó íntegro.
Y bueno... Lu halló otra vez. No si
ande lu halló... En los pajonales, el tigre. Ya lu halló y lo comió no más, ya.
No hubo caso. Vivo lo tragó, entero. Y 'taba vivo, adentro.
-¡Y cómo salgo! -dice. Si salgo por
la boca, me va volver a comer, si salgo por la nariz, me va oler, si salgo por
los ojos me va a ver, si salgo por el... mariolo, me va miar; si salgo por el
trasero, me va cagar361,
y... nu hay forma 'e salir...
Sacó la cortapluma y hizo esto no
más, y le partió la panza. Salió. Cuerió al tigre y hizo carona, hizo bozal,
que bastos, qué sé yo, lazos, y salió por áhi a andar, por áhi... Encontró una
tropilla 'e guanacos. Ya s'enlazó uno tamén. Y le dice:
-Pero si no hay peligro siendo tan
chico. No tengo espuelas.
Y había una pialada grandísima.
Devisa un corral lleno de yeguas. Con lazo y qué se yo, iba a caballo en el
guanaco. Andaba orillando, con gana 'e pialar él. Miraba a ver si nu había
perros.
-¡Venga, don Juancho, venga!
¡Venga, echesé unos pialcitos! -a ver si lo podían agarrar con los perros.
Cada tiro qui hacía echaba al suelo
un potro. Por áhi alcanza a ver que iban entrando con perros. ¡A la mierda! Y
el lazo armau, saltó el corral y se jue... No lu iban a alcanzar. ¡Se golpiaba
la boca! Pórque ya no vienen los perros di atrás, y encara un hormiguero, y el guanaco
de pícaro se da güelta. Llegan los perros y lu hacen tira. Y se jue el guanaco.
A lo mejor anda por acá, yo no sé. ¿No lu has visto, vos, Ernesto?
Gregorio Garro, 80 años. La Mesilla. La Mesilla
del Cura. San Martín. San Luis, 1968.
Es el gran narrador de la región.
Pequeño propietario de la altiplanicie de la Mesilla , en donde sólo es posible la vida
pastoril. Semianalfabeto, pero inteligente.
Cuento 152. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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