Siempre el zorro andaba atrás del
tigre porque el tigre mata animales para comer y deja sobrantes, y los
aprovecha el zorro.
Una güelta el zorro y el tigre
salieron a cazar. El tigre le dijo al zorro que suba arriba de un árbol pa que
diga los animales que vienen. Y le dice que empiece a decir qué animales
vienen. Bueno, entonce el zorro le dijo:
Cuando pasó la vaquilla, el tigre
le pegó el salto y jue obra de unos minutos. La voltió, le quebró el pescuezo y
empezó a comer. Pero al zorro lo mandó que se quede en el árbol, que no se
baje, que mire si viene alguien.
El tigre carniaba y comía. Comió la
degolladura y siguió con otras partes. Al zorro no le daba nada. Entonce le
dice de arriba:
-No, es pa colchón de tu tía.
-Tío, deme los chinchulines384.
El tigre, lleno, se acostó a dormir
al lado de la carne. El zorro no se podía bajar porque el tigre lo espiaba.
Entonce el tigre se durmió
profundamente. Entonce el zorro, este pícaro, se bajó muy despacito y le ató la
vejiga en la cola del tigre. Y subió otra vez al árbol y de arriba le pegó el
grito:
Y el tigre siempre tiene miedo a
las autoridades, y creyó que el ruido de las moscas era de la comisión, y
disparó.
Como el tigre disparó entre los
montes, por ahí le agarró una espina le rompió la chuspa y se dio cuenta que el
zorro lo jodió. Entonce volvió pa matar al zorro.
Cuando el zorro sintió el bramido
del tigre se despertó, pero ya 'taba el tigre encima. Salió corriendo Juan y se
metió en una cueva, pero el tigre lo alcanzó a agarrar de la cola. El zorro
para salvarse le gritó:
-Aquí 'tá mi sobrino que me
embromó, esta porquería. Voy a trair una pala pa cavar. Ustedes son mis
agentes, vengan a cuidar acá. No me dejen salir este individuo jodido de acá.
Entonce el zorro se vio perdido,
pero empezó a hablar a los cuervos. Entonce le dice a uno de los cuervos:
-Amigo, usté es el agente de mi tío
tigre, hace bien de obedecer, pero como yo me voy a morir, le voy a pedir el
último favor que me puede hacer.
-Bueno, te voy a cantar -le dice.
Te voy a cantar por ser el último día. Te voy a cantar un cantito:
El cuervo abre la boca y se echa
para atrá, y entonce el zorro agarra un puñado de tierra y se lo metió en la
boca y le tapó la cabeza y salió disparando.
El tigre vino y vio que lo había
jodido otra vez y lo siguió buscando para matarlo, pero el zorro le hizo muchas
picardías y nunca lo pudo matar. Con su viveza lo embromó siempre al tigre.
Roberto del Carmen Sánchez, 60
años. Barranqueras. San Fernando. Chaco, 1960.
El narrador es persona de cierta
cultura. Trabaja en los campos del oeste de la provincia, en los límites con
Salta. Ahí oyó contar este cuento a los pobladores criollos.
Cuento 169. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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