Que el zorro li había hecho muchas
picardías al tigre y el tigre no lo podía agarrar. Que el tigre lu esperaba
ande tenía que bajar a tomar agua el zorro. Y el zorro se moría de sé y no
sabía cómo embromarlo al tigre. Y el tigre no se movía. Entonce jue, se pasó
miel por todo el cuerpo y se pegó plumas. Y se disfrazó di ave. Y jue y bajó al
agua y tomó agua hasta que se llenó. Y el tigre miraba y no conocía esta ave
tan rara. Y la volvía a mirar. Y ya cuando había salido le dice:
Arturo Valentín Reina, 52 años. San
Francisco del Chañar. Sobremonte. Córdoba, 1952.
El narrador es un lugareño
semiculto.
Cuento 163. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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