Dice que una vez andaban por entre
las bardas
de estas planizas
el zorro y el tigre buscando presas pa carniar. El zorro era sobrino del tigre
y lo seguía en las cacerías pa sacar provecho. Dice qui había pasau un arreo
de esos que se llevaban antes a Chile y habían quedau unos vacunos y unos
caballares por los campos. El tío y el sobrino si han puesto en un lugar que
tenían que bajar por juerza al agua. Dice que el tigre 'taba bien escondíu
atrás di unas peñas, bien metíu pa que el viento no lleve el olor que tienen
estos bichos, y los animales olfatien y disparen. Áhi 'taban, y pega el grito
el zorro cuando vido que venían los animales:
El zorro, que era como el pión del
tigre, las echó con mucho cuidau pa que no se disparen. Áhi saltó el tigre
sobre una potranca y la mató. Áhi no más se puso a carniar y el zorro 'taba a
las órdenes del tigre ayudando en la carniada. El tigre empezó a comer unos
güenos pedazos de la carne y al zorro no le participaba en nada. Entonce le
empezó a pedir:
Así el tigre le negó todo lo que
pedía el zorro, pero al fin le dio la vejía. La recibió el zorro pero ya
pensando en la picardía que le iba a hacer al tío mezquino.
Cansau el tigre de tanto comer, se
echó entre unas peñitas a dormir la siesta y le dio orden al zorro que le avise
si viene algún campañista.
El zorro la llenó a la vejía seca
de piedritas y se la ató en la cola al tigre, cuando vido que 'taba dormido
como un tronco. Y áhi le pegó el grito:
El tigre ha salíu disparando más
ligero que una avestruz y más disparaba lo que óiba el ruido de la vejía seca.
Y ha disparau todo el día hasta que si ha cáido de cansado y si ha botau al
suelo dispuesto a que lo maten. Áhi se li ha roto la vejía y él vido que era
una farsa del zorro. Y áhi si ha vuelto a matarlo al sobrino.
El zorro ha comíu hasta que si ha
puesto panzón, y si ha ido a la tarde, porque sabía que el tigre iba a volver y
lu iba a matar.
El tigre no lo perdonó en toda la
vida al zorro y lo persiguió siempre, pero el zorro se salvaba cada vez que lu
atacaba el tigre, porque tiene más viveza que todos los animales juntos.
Hasta que al fin el tigre si ha ido
de estas planizas y el zorro ha quedau haciendo daño en los piños
di ovejas.
Y paso con el poncho roto
pa que usté me cuente otro.
Ricardo Arbe, 73 años. General
Roca. Río Negro. 1963.
Viejo tropero que ha recorrido los
caminos de la Patagonia
y ha cruzado la Cordillera
conduciendo tropas de ganado.
Cuento 210. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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