Venía pasando el zorro y
la vio en el nido. Áhi no más le dijo que le tire un pichoncito porque si no va
a subir al árbol y le va a comer a ella y a los otros pichones.
-Qué tonta que sos
palomita, el zorro no puede subir a los árboles. Cuando vuelva y te amenace le
tenés que decir que es un mentiroso y que no vuelva más por acá.
Y así jue. Cuando vino el
zorro a pedirle otro pichoncito, la palomita lo trató mal y le dijo que era un
mentiroso.
-Ya va a ver el casero
con quién se está metiendo -dijo el zorro y se jue a buscar al pobre caserito.
Lo encontró descuidado y
lo cazó, y lo llevaba en la boca. El caserito se puso a gritar a más no poder y
se juntaron muchos pájaros y empezaron a decir a los gritos:
Entonce el casero le dice al zorro:
Cuando dijo así abrió la
boca y el caserito se voló a un árbol, y de áhi se reía del zorro que se pasó de vivo.
Juana Etcheverría, 70
años. Federal. Entre Ríos, 1956.
Buena narradora.
Semiculta.
Cuento 28. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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