Reinaba en Francia Carlos
I cuando invadieron el país los normandos.
El Emperador envió a su
sobrino Wifredo el Velloso, conde de Barcelona, una carta, en la que le pedía
que acudiera en su ayuda con sus guerreros.
El Conde se puso en
camino inmediatamente con sus mesnadas y entró en la batalla, batiendo a los
normandos, que se retiraron vencidos.
Una flecha se hincó en el
pecho de Wifredo, junto al corazón. Fue retirado a una tienda, donde le visitó
el Emperador.
Quiso el tío recompensar
al sobrino por su hazaña dándole riquezas y bienes. Éste rehusó toda
recompensa, doliéndose únicamente de que, a pesar de las muchas victorias que
había obtenido en las diversas batallas en que había tomado parte, su escudo de
armas era liso: campo de oro, sin insignia alguna que revelara sus muchas
gestas.
El emperador Carlos,
entonces, mojó en la herida de Wifredo los cuatro dedos de su mano derecha y
los pasó de arriba abajo por el escudo, marcando en él las cuatro barras de
sangre que adornan el escudo de Cataluña, Valencia y Aragón.
103. anonimo (cataluña)
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