Diz
que el zorro tenía un terreno y le ofertaba al quirquincho que
siembre al partir. Y el quirquincho ha dicho que bueno. Y entonce le
ha dicho el zorro:
Y
entón el quirquincho ha preferido sembrar papas. Y claro, como han
quedau que lo de encima es para el zorro, que sólo le han quedau en
el reparto las hojas, al zorro.
Y
de ver que perdía, el zorro, al otro año le ha dicho al quirquincho
que lo de abajo de la tierra iba a ser para él y lo de arriba iba a
ser para el quirquincho.
Y
bueno, en la cosecha le tocó al zorro lo de abajo, las raíces, y
todo el grano le resultó para el quirquincho.
Y
bueno, el zorro de ver esto -¿Cómo haré?- que decía. Claro, no se
remediaba nada. No hallaba qué hacer sembrar ya. Y entonce que dice
el zorro:
-Ahora
vamos hacer otra siembra. Para mí va a ser lo que den abajo y lo que
den arriba, las plantas, y para usté lo que den en el medio.
Y
bueno, el quirquincho ha sembrau máiz. Claro, la mazorca se da en el
medio de la chacra. Le han quedau al zorro las flores y las raíces,
y el quirquincho que era el sembrador, se ha quedau con lo mejor.
Y
bueno, se han apartau los socios, y el zorro no ha queríu que
sembraran más al partir. Y claro, como el zorro es tan interesau, se
quedaba siempre con lo pior.
Clemente
Eraso, 46 años. San Antonio del Cajón. Santa María. Catamarca,
1951.
Cuento
321. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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