Iban
de viaje los dos compañeros, el zorro y el quirquincho. Y tocó de
buscar qué comer. Entonce el mataco dijo que iba a enlazar un animal
y iban a carniar. Una vez cada uno. Bueno... Entonce echaron una
tropía. L' echó el zorro. El quirquincho l' esperó al láu de la
cueva. Bueno, cuando pasó la tropía, pialó un potro y s' entró en
la cueva. Y di áhi lo voltió y se mató del golpe. Áhi hicieron
presa para comer. Y siguieron. Al tercer día ya no tenían carne y
le dijo el quirquincho al zorro:
Entonce
echó otra tropía el quirquincho y tamén el zorro lo esperó al lau
de la cueva. Pero el zorro cava una cueva derecha que no le sirve pa
hacer pie. Bueno... Y si había atau el lazo en la cintura. Y cuando
pasó la tropía, enlazó el potro y se metió en la cueva. Cuando
dio el tirón el potro lo sacó y lu arrastró, lo llevó lejo y lo
mató.
Al
tiempo, el quirquincho lu encontró al compañero, el esqueleto no
más. Y claro, que estaba los dientes blanquiando y que dice:
Salvador
Carranza, 52 años. San Francisco del Chañar. Sobremonte. Córdoba,
1952.
Cuento
266. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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