Diz
que andaba el zorro y se juntó con el piche, el peludo. Y andaban en
el campo. Y don Juan le dice que tenía mucho hambre.
Que'staba
una cuadrilla de potros áhi cerca. Entonces don Juan jue y los echó
pa acá. Mientras tanto el peludo cavó una cueva con muchas güeltas
adentro, en la tierra, como lo hace él su cueva. Y áhi se puso, el
peludo, escondido con el lazo armado. Entonces ha venido la
cuadrilla, ha hecho esto no más, y lo ha puesto el lazo sobre la
paleta al potro, a media espalda.
Cuando
dio la estirada y se acabó el lazo, el peludo se lo dentró a la
cueva y el potro cayó y áhi no más, lo mataron, lo carniaron y lo
comieron los dos hasta llenarse.
Cuando
se lo terminó la carne, le tocaba de enlazar a don Juan. Entonces el
peludo jue a echar la cuadrilla esta vez. Don Zorro cavó una cueva
derecha, sin ninguna güelta, como cava el zorro la cueva d'él. Se
ató el lazo a la cintura para sujetar mejor el potro. Cuando
vino la cuadrilla don Juan 'staba con el lazo armado. Cuando
vinieron, enlazó el potro de la misma parte que el peludo y se
dentró a la cueva. ¡Qué pucha!, me lo sacó como bala, el potro,
claro, no tenía ande hacer pie y lo llevó los saltos.
Felipe
Lascano, 73 años. Media Flor. Santiago del Estero, 1951.
Muy
buen narrador.
Cuento
245. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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