Había
una vez un zorro y un quirquincho.
Siembran
y salen las plantas. Y va el quirquincho y hace la cosecha. Y viene
el otro y taban las hojas secas. Y va y dice:
Entonce,
viene el quirquincho, y agarra, corta los choclos, los lleva. Y
cuando viene el zorro, y va, eran raíces, nada más.
-¡Ah,
mi ha jodido de vuelta! -dice. Yo también lo voy a joder ahora.
Vamos a sembrar zanahorias, lo de arriba para mí y lo di abajo para
usté.
Y
todo eso era porque el zorro que se cre muy sabio no conocía bien
las plantas y tenía mala intención para el socio.
Jorge
Eduardo Busto, 13 años.
Copacabana.
Tinogasta. Catamarca, 1970.
En
cierto modo, ésta es una variante del cuento tradicional.
Cuento
322. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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