Diz
que eran compadres el zorro y el quirquincho. El zorro, como que no
tiene paradero fijo ofreció a su compadre, el quirquincho, un
terreno que tenía para que el quirquincho lo trabajara. El
quirquincho aceptó el ofrecimiento pero pidió condiciones. Entonces
el zorro le dice que él puede sembrar lo que guste en el terreno,
pero que del zorro iba a ser lo que produjera el sembrado de flor de
tierra para arriba. El quirquincho dijo que estaba bien.
El
quirquincho sembró papas. Llegado el tiempo de la cosecha el zorro
se apresuró a ver la sociedá y se encontró con que por la clase de
siembra nada le correspondía a él.
Convinieron
en que el terreno lo seguía teniendo el quirquincho un año más,
pero esta vez convinieron en que del zorro sería lo que haiga para
cosechar de flor de tierra para abajo de la planta.
El
quirquincho sembró trigo. Llegado el tiempo de la cosecha se fue el
zorro a ver y se encontró con que tampoco le correspondía nada.
Nuevo
convenio entre los dos compadres, pero esta vez habían arreglado que
del quirquincho sería lo que haya de flor de tierra al centro de la
planta.
El
quirquincho sembró maíz. Nada le tocó al zorro. Entonces quedó
burlada la viveza del zorro por el quirquincho que es tenido por
zonzo.
Ciro
Francisco Barrientos, 73 años. Tilcara. Jujuy, 1953.
El
narrador es persona de cierta cultura y vecino importante en este
pueblo de la Quebrada de Humahuaca.
Cuento
317. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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