301. Cuento popular castellano
Vivían una vez en un pueblo un hombre y una
mujer que se llamaban el tío Antonio y la tía Francisca. Y un día la mujer puso
la sopa en la mesa pa comer, y el marido, cuando se iba a servir, vio que tenía
un pelo. Y muy enfadado la gritó a la tía Francisca:
-¡Oye, tú, que hay un pelo en la sopa, un
pelo tuyo! ¡Qué sucia eres, por Dios! ¡Demonio, que eso de dejar caer un pelo
en la sopa!...
Y vino la mujer a ver, y cuando vio el pelo
en la sopa, gritó:
-¡Ay, Dios mío! ¡Sí que hay un pelo en la sopa! Pero no es mío.
¡Es tuyo! A ti se te ha caído seguramente.
-¡Que no, que no es mío! ¡Es un pelo tuyo!
¿Qué no ves que es tuyo?
Y la mujer, muy enfadada, le dijo:
-¡Que no, te digo! ¡No es mío! Es un pelo de
tus barbas, que las tienes como un carabinero. ¿Qué no ves que eso es, un pelo
de tus barbas, barbas de cerdo viejo?
Y a esa el marido ya se enfadó más que nunca
y la dijo a su mujer:
-¡No digas tonterías! Aquí sólo a ti se te
caen los pelos. ¿Qué no ves que ya estás quedando calva? A ti se te ha caído y
ha caído en la sopa y ai lo has dejao. Es tuyo.
-¡Que no, que no es!
-¡Que sí!
Y de ai se agarraron y se golpearon. Y la
mujer daba tantos gritos que acudieron los vecinos del pueblo a ver qué pasaba.
Y la primera mujer que llegó, luego que la dijeron lo que pasaba, dijo:
-El pelo es de usté, tío Antonio. Mire usté,
que es del mismo color que sus barbas.
Y el marido de aquella mujer, que llegó
entonces, la dijo a su mujer:
-¿Cómo ha de ser de él? ¿Qué no ves, tú,
mujer, que es un pelo de la tía Francisca?
-Pero, y ¿cómo ha de ser de la tía Francisca,
tonto? ¡Si es del tío Antonio! ¡Si clarito se ve que es de él!
-¡Que no es!
-¡Que sí!
Y por ai comenzaron a enfadarse hasta que
ellos también se pegaron y se dieron palos. Y luego llegaron otros vecinos,
hombres y mujeres. Y las mujeres decían que el pelo era del tío Antonio, y los
hombres decían que era de la tía Francisca. Y así se pelearon todos los del
pueblo hasta que tuvieron que venir los oficiales y el cura a arreglarlo. Y el
cura predicó en la iglesia y les aconsejó a todos que no riñeran por esas
cosas. Y al fin todos se fueron contentos a sus casas.
Y otro año estaban el tío Antonio y la tía
Francisca comiendo en su casa y le dijo ella:
-Oyes, ¿te acuerdas del año pasado cuando se
te cayó un pelo en la sopa?
Y él la respondió:
-Me acuerdo que se te cayó a ti un pelo en la
sopa, no a mí.
-¡Que no, hijo, si a ti se te cayó el pelo en la sopa! Ya no te
acuerdas.
-¡Sí que me acuerdo! El pelo era tuyo.
-¡Que no, que era tuyo!
Y de ai comenzaron otra vez a enfadarse hasta
que acabaron por agarrarse y darse golpes. Y vinieron otra vez los vecinos a
ver qué pasaba, y las mujeres decían que el pelo que se había caído en la sopa
el año anterior era del tío Antonio, y los hombres decían que no, que era de
la tía Francisca. Y por ai comenzaron a enredarse hasta que todos riñeron y se
dieron golpes y palos. Y tuvieron que venir el cura y los guardias a arreglar
las cosas.
Y otro día era domingo, y el cura dijo la
misa y predicó el sermón y dijo que hacían mal los vecinos del pueblo al
pelearse porque se le había caído a la mujer un pelo en la sopa. Y a eso le
respondió la tía Francisca:
-¡No, señor cura, el pelo no era mío! ¡Era de
mi marido!
Y el tío Antonio gritó desde onde estaba:
-¡No, señor cura, no crea usté a mi mujer!
¡El pelo aquél no era mío! ¡Era de ella!
Y de ai comenzaron todos a enfadarse en la
iglesia hasta que el cura tuvo que dejar el púlpito y bajar a calmar a todos. Y
se salieron todos de la iglesia y ya iban otra vez riñendo y amenazándose
cuando gritó uno de los hombres:
-¡El pelo no era del tío Antonio ni de la tía
Francisca! ¡El pelo era mío! Yo estaba en casa de la tía Francisca y me estaba
afeitando, y se me voló un pelo y se cayó en la sopa de la tía Francisca.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. anonimo (castilla y leon)
No hay comentarios:
Publicar un comentario