148. Cuento popular castellano
Era una madre que tenía dos hijos, un
hijo y una hija. Y un día los mandó a un recado y les dijo:
-Quien venga antes se toma un tazón de
leche.
Vino antes el niño; pero la madre fue
y le mató y le colgó en su cuarto. Llegó la niña y la dijo a la madre:
-¿Todavía no ha venido mi hermano?
-No -la contesta la madre-. Para ti
será el tazón de leche. La niña tomó la leche, y entonces la dijo su madre:
-Ahora barres; pero no barras en mi
cuarto. Si entras, te mato.
Fue por la curiosidad, entró y vio que
había matado su madre a su hermano. Y empezó a llorar. Y salió a la puerta de
la casa. Y pasó una vieja y la dijo:
-¿Por qué lloras, niña?
-Porque mi madre ha matado a mi
hermano.
-No te apures; en el desván haz un
hoyo y todos los huesos de tu hermano los metes en el hoyo.
Ya fueron a comer. Y la carne era del
niño. Y dijo la hija: -Yo no tengo hambre.
Y dijo la madre:
-Pues no comas.
Después que comieron, todos los huesos
los recogió y los echó al hoyo que había hecho en el desván.
Y al día siguiente salió en niño con
un cesto de naranjas y otro de caramelos. Llega la madre y le dice:
-Dame un caramelo.
-No quiero, que tú me has matado.
Llega el padre y le dice:
-Dame una naranja.
-No quiero, que tú me has comido.
Llega la niña y le dice:
-Dame una naranja. Y le dice el niño:
-Toma todas, que tú me has salvado.
Sepúlveda,
Segovia. Narrador
LXIX, 1 de abril, 1936.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. anonimo (castilla y leon)
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