132. Cuento popular castellano
Era un leñador que tenía cuatro hijos.
Y como eran pobres, les mandó a buscar fortuna. Se fueron los cuatro por un
mismo camino. Y llegaron a un sitio donde se dividía en cuatro. Y se fueron
cada uno por un sitio. Y dijeron que al año justo se encontraran en el mismo
sitio para volver otra vez a casa.
El primero se encontró con un ladrón.
Y le dijo que adónde iba. Y él respondió que a buscar fortuna. Y el ladrón le
dijo:
-Pues, vente conmigo.
Y le preguntó el joven que qué oficio
tenía. Y le respondió que ladrón. Y dijo:
-No me gusta ese oficio, porque luego
voy con malos quereres al pueblo.
Y le dijo el ladrón que no, que se
ganaba mucho dinero. Y se fue con él.
El segundo se encontró con un sastre,
y le pasó igual que al otro. Se fue con él. El tercero se encontró con un
astrónomo y el cuarto con un cazador.
Al año, cuando tuvieron buena fortuna,
se reunieron y marcharon al pueblo con sus padres. Entonces se corrió la
noticia de que un dragón había raptado a la hija del rey y que el que se
atreviese a ir por ella, se casaría con ella. Los cuatro hermanos se decidieron
a ir. El astrónomo miró a ver por dónde estaba, y vio que estaba a las orillas
de un río. Cogieron un barco y marcharon.
El dragón, cuando estaba dormido,
fueron, y sin que se diera cuenta, fue el ladrón y le cogió la princesa y la
montó en el barco. El dragón se dio cuenta y fue corriendo. El cazador apuntó y
tiró y le mató. El dragón cayó encima del barco y lo rompió. El sastre le
cosió, y llegaron al pueblo.
Luego todos querían casarse con la
princesa. Y dijo el rey:
-A ver el ladrón si puede coger el nido de ese árbol
sin que lo note la madre.
Y le cogió. Al cazador le dijo que a
ver si atravesaba cuatro huevos de un tiro. Y los atravesó. Al astrónomo le
dijo que a ver si vía otro nido que estaría muy lejos de allí. Y le vio y le
dijo dónde estaba. Y al sastre le dijo que a ver si pasaba cuatro huevos a la
vez con una aguja. Y los pasó también.
Y luego, como todos querían casarse
con la princesa, no se casó ninguno.
Pero el rey les dio mucho dinero para
que se lo repartiesen entre todos.
Roa,
Burgos. Narrador IXIV, 14 de julio, 1936.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. anonimo (castilla y leon)
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