Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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viernes, 15 de junio de 2012

El ladrón, el sastre, el cazador y el astrónomo

132. Cuento popular castellano

Era un leñador que tenía cuatro hijos. Y como eran pobres, les mandó a buscar fortuna. Se fueron los cuatro por un mismo camino. Y llegaron a un sitio donde se dividía en cuatro. Y se fueron cada uno por un sitio. Y dijeron que al año justo se en­contraran en el mismo sitio para volver otra vez a casa.
El primero se encontró con un ladrón. Y le dijo que adónde iba. Y él respondió que a buscar fortuna. Y el ladrón le dijo:
-Pues, vente conmigo.
Y le preguntó el joven que qué oficio tenía. Y le respondió que ladrón. Y dijo:
-No me gusta ese oficio, porque luego voy con malos quere­res al pueblo.
Y le dijo el ladrón que no, que se ganaba mucho dinero. Y se fue con él.
El segundo se encontró con un sastre, y le pasó igual que al otro. Se fue con él. El tercero se encontró con un astrónomo y el cuarto con un cazador.
Al año, cuando tuvieron buena fortuna, se reunieron y mar­charon al pueblo con sus padres. Entonces se corrió la noticia de que un dragón había raptado a la hija del rey y que el que se atreviese a ir por ella, se casaría con ella. Los cuatro hermanos se decidieron a ir. El astrónomo miró a ver por dónde estaba, y vio que estaba a las orillas de un río. Cogieron un barco y marcharon.
El dragón, cuando estaba dormido, fueron, y sin que se diera cuenta, fue el ladrón y le cogió la princesa y la montó en el barco. El dragón se dio cuenta y fue corriendo. El cazador apuntó y tiró y le mató. El dragón cayó encima del barco y lo rompió. El sas­tre le cosió, y llegaron al pueblo.
Luego todos querían casarse con la princesa. Y dijo el rey: 
-A ver el ladrón si puede coger el nido de ese árbol sin que lo note la madre.
Y le cogió. Al cazador le dijo que a ver si atravesaba cuatro huevos de un tiro. Y los atravesó. Al astrónomo le dijo que a ver si vía otro nido que estaría muy lejos de allí. Y le vio y le dijo dónde estaba. Y al sastre le dijo que a ver si pasaba cuatro hue­vos a la vez con una aguja. Y los pasó también.
Y luego, como todos querían casarse con la princesa, no se casó ninguno.
Pero el rey les dio mucho dinero para que se lo repartiesen entre todos.

Roa, Burgos. Narrador IXIV, 14 de julio, 1936.

Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo                                                            

058. anonimo (castilla y leon)

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