214. Cuento popular castellano
Diendo un caminante de viaje, llega a
una fonda y pide a almorzar un buevo. Y distraídos el caminante y el fondista,
salió aquél sin pagar el huevo.
Trascurridos dos años, vuelve el
caminante y pide un poco almuerzo en la misma fonda. Se lo sirvieron y lo comió
el caminante. Cuando terminó, pidió la cuenta del almuerzo, y, al pagarlo, le
dice al fondista:
-Desde tal fecha le debo a usted un
buevo frito. Puede usted añadirlo a mi cuenta.
Y el fondista le dice:
-¡Hombre, al haber trascurrido dos
años, habrá qu sacar la cuenta!
Entra en su habitación, coge su pluma,
y sumando los pollos y pollas, y la utilidad de aquel huevo en dos años, le
sumaba a mil quinientas pesetas. El caminante se negó a pagar tal suma, por el
exceso, y el fondista entonces le dice que si no le pagaba, le demandaba.
Fueron a hablar con el juez, y éste les señaló día y hora para el juicio,
diciéndoles que las dos partes tenían que comparecer ante él provistas de su
hombre bueno.
Llegó el día del juicio, y formados el
señor juez y el señor fiscal con la parte del demandante en la audiencia, entra
el caminante del huevo; pero no acude el hombre bueno del demandado. En esto
van a celebrar juicio, condenando a la parte del huevo por no comparecer con su
hombre bueno con arreglo a la ley; pero en este momeno llega el hombre bueno
del demandado y saluda a todos. El señor juez le manda sentarse y le dice:
-Hombre, ¿cómo se descuida usted
tanto? Ibamos a condenar la parte de usted por no comparecer provistos y a su
hora con arreglo a la ley.
Y le dice él:
-¡Hombre, me dispense, que he estado
cociendo unos garbanzos para sembrarlos!
Y el señor juez le dice:
-No he oído eso nunca. ¡Cocer
garbanzos para sembrarlos!
Creo no puedan nacer los garbanzos
cocidos.
Y le respondió el hombre bueno del
demandado:
-Lo mismo pueden nacer los garbanzos
cocidos que el buevo, después de frito, criar pollos o pollas.
Y en esto el señor juez y el señor
fiscal, conociendo la razón, condenaron al fondista a gastos y perjuicios,
pagando el demandado sólo la válida del buevo frito.
Pedraza de la Sierra , Segovia. Narrador
VIII, 26 de marzo, 1936.
Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo
058. anonimo (castilla y leon)
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