Un buscador
espiritual viajó a la India
en su afán por encontrar y entrevistar a un verdadero iluminado, a un
jivanmukta o liberado-viviente.
Viajó durante
meses por el país. Se trasladó de los Himalayas al cabo de la Virgen, del
estado de Maharahstra al de Bengala. Recorrió montañas, dunas, desiertos,
ciudades y pueblos.
Recabó mucha
información y, por fin, halló, según todos los testimonios, un verdadero hombre
realizado. Por fin, podría llevar a cabo su ansiado encuentro.
El graznido
de los cuervos quebraba el silencio de una tarde apacible y dorada. El hombre
realizado se hallaba bajo un frondoso rododendro, en actitud meditativa. El
visitante lo saludó cortésmente, se sentó a su lado y preguntó:
-Antes de que
usted hallase la realización, ¿se deprimía?
-Sí, claro, a
veces -repuso tranquilamente el jivanmukta.
El buscador
hizo una segunda pregunta:
-Dígame, y
ahora, después de su iluminación, ¿se deprime a veces?
Una leve y
hermosa sonrisa se dibujó en los labios del jivanmukta. Penetró con sus
límpidos ojos los de su interlocutor y contestó:
-Sí, claro, a
veces, pero ya ni me importa ni me incumbe.
*El Maestro
dice: Cuando cesa la identificación con
tus procesos psicomen-tales, ya nada puede encadenarte ni implicarte. Eres como
un bambú vacío por el que libremente circula la energía universal.
004. anonimo (india)
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