Érase una vez dos
apasionados amantes. Tuvieron forzosamente que separarse durante un tiempo prolongado.
Fue una separación muy dolorosa, sembrada de nostalgia, recuerdos y melancolía.
Cuando después del que pareció un tiempo interminable se reunieron los amantes,
sus corazones desbordaban de alegría y entusiasmo. ¡Tanta había sido la
añoranza amorosa! Entonces el enamorado le dijo a su amada:
-Querida mía, quiero
contarte un suceso insólito.
La joven se estremeció,
pero el amante la tranquilizó:
-No te inquietes, mi muy
amada. Todo sucedió hace tiempo, cuando tu distanciamiento me partía el corazón
y me hacía pasar noche tras noche en amarga vela. Un día perdí la mirada en una
hermosa nube y al punto pensé en ti. Tanto era mi anhelo de ti que pedí a la
nubecilla te transmitiera mi mensaje de amor infinito. ¡Te anhelaba tanto!
Entonces me quedé súbitamente ensimismado, deleitando el néctar de un singular
éxtasis de amor. Se pararon mis pensamientos, se detuvo el pulso y mi corazón
comenzó a latir muy lenta e imperceptiblemente. Todo mi cuerpo se tomó rígido e
insensible y perdí toda la noción de tiempo y espacio. Me desplomé pesadamente.
Los que por allí acertaron a pasar creyeron que había muerte. Cogieron mi cuerpo
y se dispusieron a incinerarlo. Me colocaron sobre la pira funeraria y
encendieron los troncos. Tuve intensas emociones que embargaban mi alma y
visiones como nadie pueda jamás imaginarlas. Pero rebosaba de mi amor hacia ti
y del febril anhelo de contemplarte de nuevo y arroparte con mis brazos. Por mi
mente transitaron todos los bellos recuerdos de nuestra relación, mientras la
pira seguía ardiendo. De pronto, el insoportable calor me volvió en mí, salté
de la pira y liberé mi cuerpo de las llamas. Todos creyeron que era un
portento divino, aunque para éste tu siempre fiel amante el mayor portento es
el amor indestructible y pleno que el uno sentimos por el otro.
El Maestro dice: Si dispusiéramos del anhelo del amante de
esta historia, nos liberaríamos del fuego de la ignorancia y hallaríamos la
sublimidad de la paz interior
Fuente: Ramiro Calle
004. anonimo (india)
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