Resulta
que era en una casa quí había una majada. Y 'taban bastantes flacas
las cabras y el chivo 'taba gordo. Entonce dicen los dueños 'e casa:
-Vamos
a carniar el chivo porque no tenimos carne y es el único gordo quí
áhi.
Y
en ese tiempo los animales entendían cuando hablaban d'ellos, porque
era en tiempos di antes. Y como oye eso el chivo dice:
-Éstos
me 'tán por matar. Es mejor que yo me vaya.
Y
esperó la noche, el chivo, y saltó el corral y se jue. Y marchó
por un monte toda la noche, un monte muy espeso y muy feo. Y ya
después de mucho andar, ya cansado s'echó a dormir. Por la mañana
temprano andaba pastando, cuando se presentó un tigre. El tigre no
lo conocía al chivo, pero el chivo sí lo conocía al tigre. Entonce
dice el chivo:
-Acá
'toy perdido, este tigre me come. Lo que tengo qui hacer es no
mostrarme cobarde.
Llega
el tigre y le dice:
-Buenos
días, amigo.
-Buen
día -le contesta el chivo.
Y
áhi el chivo pega unos saltos y unos estornudos como saben pegar los
chivos. Y le dice al tigre:
-¿Quí
anda haciendo usté, amigo?
Y
le contesta el tigre:
-Nada,
amigo, hi salido a rodar tierra.
-¿Y
usté? -le pregunta el tigre al chivo.
-Yo
también -le dice el chivo- hi salido a rodar tierra.
Y
entonce le dice el tigre:
-Así
que podimos hacerlos compañeros y irlos juntos -con la intención,
el tigre, de descuidarlo al chivo, matalo y comelo.
Entonce
le contesta el chivo:
-Yo
no necesito compañero, me basto solo, y para andar mal acompañado,
como digo, voy solo.
Entonce
le dice el tigre:
-No,
amigo, usté sabe que entre dos buenos compañeros se anda mejor.
-Bueno
-le dice el chivo, si es usté capaz de
acompañarme y se va a portar como hombre, vamos juntos.
Y
siguieron viaje juntos. Esa tarde le dice el tigre al chivo:
Bueno,
compañero, yo voy a carniar para que comamos.
Sale
el tigre y al rato vuelve con una corzuela. Y
le dice al chivo:
-Áhi
tiene carne, compañero, coma si quiere.
Y
entonce le contesta el chivo:
-No,
coma no más usté, yo no quero carne.
Y
siempre el chivo, los saltos y los estornudos para asustar al tigre.
Esa noche acamparon en ese lugar. Hicieron juego para pasar la noche.
El tigre se puso a un lado y el chivo al otro lado. El chivo no
dormía porque le tenía miedo al tigre, cabeciaba y se enderezaba. Y
el tigre por lo consiguiente. Se temían los dos. Al otro día
empren-dieron viaje. A la tarde le dice el tigre al chivo:
-Bueno,
amigo, ahora le toca carniar a usté.
Áhi
'tá la parte más triste. Qu'iba a carniar el chivo. Áhi se l'iba a
descubrir el asunto. Entonce sale el chivo muy triste pensando de
fugarse, d'irse, y dejalo al compañero. Y por áhi iba pensando
qu'iba a ser de la vida d'él, cuando viene la suerte y lu ayuda,
s'encontrá un tigre muerto en el camino. Lo clavó con las aspas y
lo llevó ande 'taba el compañero.
-Áhi
tiene carne, compañero. Coma si quiere, sinó dejelá.
Y
le contesta el tigre:
-No,
compañero, no tengo hambre, 'toy un poco embromau. Pasaron la noche
áhi, temiendosé uno al otro. Al otro día empren-dieron viaje.
Andando, llegaron a una parte, ande como decía el tigre que había
familiares d'él. Y le dice al chivo:
-Compañero,
¿no quere qui hagamos una partida? Yo voy a visitar a unos
familiares míos y los puedo invitar a una riunión.
-Yo
no soy hombre de fiestas, amigo.
-Pero,
amigo, vamos a pasar un rato divertido, y después seguire-mos viaje
-le dice el tigre.
Entonce
le contesta el chivo:
-Bueno,
asigún como 'sté de cuerpo voy a recibir visitas.
Y
sale, entonce, el tigre y se busca otros dos tigres más. Y se viene
ande 'stá el compañero. Pero, antes, les dice a los otros dos
tigres, que tiene un compañero muy malo, y que los lleva de visita a
ver si lo pueden matar entre todos. Cuando llegan ande 'stá el
chivo, sale éste a encontrarlos dando brincos, estornudos y balidos,
diciendolés a los tigres que 'staba mal del cuerpo que no podía
recibir visitas y que se retiraran inmediatamente. Y los otros tigres
como sabían que era un hombre tan malo, le tuvieron miedo y se
dieron vuelta y se retiraron. Entonce le dice el compañero:
-Pero,
amigo, usté me ha hecho hacer un mal papelón. Me ha recebido mal
mis familiares.
Entonce
le dice el chivo de mala manera:
-Nu
estoy para recibir visitas.
-¿Cuándo
las podrá recibir?
-No
sé compañero, eso será según como 'sté del cuerpo.
Esa
noche acamparon áhi. Hicieron juego. Y como hacía dos noches que no
dormían, porque se desconfiaban los dos, 'taban con mucho sueño. Se
dormía uno, y al ratito no más se despertaba y avivaba el juego, y
lo mismo hacía el otro. Hasta que por fin ya no aguantaron más y se
durmieron los dos. Y el chivo no 'taba, de miedo, como para dormir
echado, si había dormido parado más. Cuando lo venció el sueño,
se cayó en el juego. Plantó las aspas en el medio del juego y le
saltó todo el juego al tigre. Y pegó un balido y un salto y cayó
sobre el tigre. Entonce el tigre se despertó asustado y con el dolor
de la quemadura creyó lu había atacado el chivo. Y pega la güelta
y dispara. Y el chivo, como también creyó que lu había atacado el
tigre, también pegó la güelta y disparó. Y áhi s'hizo la
separación de los dos compañeros.
Juan
Muñoz, 59 años. El Pedacito (Cercanías de Villa General Mitre).
Totoral. Córdoba, 1952.
Campesino.
Muy buen narrador.
Cuento
635. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 048
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