Qu'era
un hombre que había sembrado su trigo. Y ya lo cortó y lo acarrió
pa trillarlo, al trigo. Hizo l'era, y en el medio, la parva. Y salió
a buscar trillador. Y nu hallaba. Y por áhi, en tanto andar encontró
al burro, y le preguntó si no conocía un trillador, qu'él
necesitaba uno pa un trigo que ya tenía emparvau. Y el burro le
dice:
-Yo
se lo trillo, amigo, y pa mañana se lo doy.
Y
trataron por el precio y todo. Y entonces lo trajo, y le mostró
l'era y la parva, y se jue el hombre y áhi se quedó el burro, y no
sabía cómo aventarlo. Y áhi estuvo pensando. Y al fin tuvo una
idea, hizo una bajada del trigo y se botó a muerto en el medio 'é
l'era. Y ahí estaba largo a largo, y se dio güelta, medio fiero, el
ocote. Y el jote, que siempre andaba dando güelta, ya vido que
estaba un animal muerto áhi, y se bajó al humo. Y ya vido que
estaba el muerto con el ocote dado vuelta, y áhi no más, ¡amigo!,
le tiró el picotón al ocote. Y áhi no más frunció el burro el
ocote y lu agarró de todita la cabeza al jote. Y se levantó el
burro y empezó a trillar al galope. El jote, medio augau, aletiaba y
aletiaba, y iba aventando el trigo que el burro trillaba. Y el burro,
dele y dele, iba trillando, y, a la vez, aventando. Él iba
pisotiando, y el pájaro, dele aletiar y aventar. Y, claro, al rato,
no más, quedó el trigo limpito. Y entonce, ya cuando terminó, lo
largó al jote, y, claro, de que lo había teníu agarrau tan juerte,
se le había pelau la cabeza al jote.
Al
día siguiente ya entregó el burro el trigo y cumplió el trato con
el hombre.
Y
di áhi le quedó pa siempre la cabeza pelada, al jote.
Juan
Lucero, 67 años.
El
Durazno. Pringles. San Luis, 1959.
Cuento
735 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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