La
rana se jue a una casa a hacé atropello de domicilio. Y era grave lo
que hacía. Y entonce llamó la policía lo dueño de casa. Y entonce
la policía le llevó. Él andaba detenido mucho tiempo. Y un güen
día dice el comisario:
-¡No
sé qué hacer de este tipo! -como era grave lo que hizo.
Entonce
dice el comisario a lo agente:
-Vayen,
haga juego, un juego grande, y va a tirá este tipo en el juego.
Entonce
la rana cantaba de contenta y decía que el juego le gustaba porque
iba ir a la gloria, si la echaba al juego. Entonce el comisario
cuando vio que estaba muy contenta, pensó y dice:
-Entonce,
agarreló y llevelé al agua. Tireló al agua.
Y
ahí dijo la rana:
-Eso
no me gusta. Si me tira al agua voy a ir al infierno. No me gusta ir
al agua.
Entonce
el comisario dijo:
-Tireló
no má al agua -y lo tiró a la rana al agua.
Y
entonce jhe' í yuí:
-¡Adió,
mundo!, me tira al agua -pero estaba muy contenta porque en el agua
vive ella, pero no quería que viera eso el comisario, porque él
quería darle el mayor sufrimiento.
Y
así quedó el refrán: ¡Adió, mundo!, dice la rana cuando jue al
agua.
Pastora
Vivero de Olivera, 49 años.
Eldorado.
Iguazú. Misiones, 1961.
Nativa
de la región. Su expresión es la típica de los bilingües de la
región guaranítica.
Cuento
777 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 048
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