Cuando
formó el mundo Dios, el diablo quería formar, de todo ser, un
poquito también.
La
mula tiene cruz en la tuza hasta las paletas. Lo mismo que el burro.
Porque a medida que el diablo hacía eso, Dios no tenía otro remedio
que irles haciendo la cruz para que se salvaran, para que sirvan al
hombre, pero la mula siempre tiene instinto del diablo. La mula es
mala y traicionera. Pero el caballo hasta un chico lo puede atender,
porque no tiene ninguna mala intención. Y a la mula la maldició la
Virgen.
Julián
Aguilero, 35 años.
Las
Barranquitas. Pringles. San Luis, 1971.
Cuento
838 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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