El
burro hizo sembrar la cebada, la había hecho segar y la había
trillado. La tenía en l'era, qui había preparado, y claro, los
pájaros se la 'taban comiendo y no tenía cómo aventarla. Y pensaba
y pensaba cómo hacer. Y en una de ésas s'hizo el muerto y vino el
jote. Los jotes andan siempre buscando animales muertos. Y ya si
arrima el jote y el burro ni se movía. Y lo daba vuelta el jote pa
ver por onde lo pica. Y le buscó abajo 'e la cola y lo picó. Y áhi
el burro cerró el ocote y li agarró la cabeza. Y el jote comenzó a
hacer juerza pa soltarse y aletiar. Y el burro empezó a galopiar por
l'era, y déle y déle. Y comenzó a volar la paja. Y áhi lo tuvo el
burro al jote hasta que quedó limpita la cebada. Y al fin lo soltó
el burro, claro, ya no lo necesitaba. Y de entonce le quedó la
cabeza pelada al jote.
José
Mercedes Brizuela, 70 años.
Alto
del Olvido. Lavase. Mendoza, 1951.
Cuento
731 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 048
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