Los
animales se temen
Diz
que un chivo se puso a hacer un desmonte. Y diz que hizo el rastrojo,
lo cercó a la vuelta y después jue con los güeyes y lo sembró. Y
después de que sembró cerró la puerta. Y todas las tardes iba a
mirar el rastrojo, si había dado. Y una tarde encuentra las güellas
que entraba un bicho. Hasta que al fin fue a rondearlo de noche. Y ya
las chacras 'taban con choclos.
Una
noche había juntau mucha leña para hacer juego. Y hizo un juego
grande. Y 'taba tundeando áhi, y entonce lu encontró al tigre, que
había síu el que le hacía daño. Y entonce el chivo le dijo al
tigre que porque li andaba haciendo daño. Y entonce le contestó el
tigre al chivo:
-Así
te quise pillar.
Y
bueno, entonce, el chivo dice:
-Yo
también te quise pillar así.
Y
entonce si han puesto junto al juego, uno de frente al otro. Y los
dos esperaban el ataque del otro. Y áhi 'taban vigilando los dos. Y
así han pasau toda la noche. Y ya a la madrugada que no podían de
sueño y si han dormido parados los dos. Y áhi el chivo se caí al
juego, planta los cuernos entre las brasas, y salta y le da un tope
al tigre, y lo tira antarca al tigre en el medio 'el juego.
Y
áhi disparó el chivo, y dice el tigre:
-¡Ah!
mi ha de saber avisar, no es güeno pegar en traición.
Leucario
Gallardo, 48 años. Las Víboras. Anta. Salta, 1952.
Hachero
de la selva en el obraje del lugar.
Cuento
631. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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