Resulta
que el sapo fue condenado.
Y
entonce, cuando lo iban a matar, le dejan hacer el pedido de gracia,
como llaman, ¿no? Entonce le dicen al sapo:
-¿Ande
quiere que lo tiremos, al juego u a l'agua?
Entonce,
el sapo dice:
-Tiremén
al juego.
Entonce
dicen:
-Mirá,
en vez de tirarlo al juego, a éste lo vamos a tirá al agua, que si
áhugue.
Li
tiraron al agua y salió nadando, el sapo.
Tomás
Lértora, 73 años.
Punta
Indio. Magdalena. Buenos Aires, 1969.
El
narrador ha pasado toda su vida en el campo. Modesto hacendado.
Cuento
775 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 048
No hay comentarios:
Publicar un comentario