Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

8-2-2015 a las 21:47:50 10.000 relatos y 10.000 recetas

10.001 relatos en tiocarlosproducciones

10.001 recetas en mundi-recetasdelabelasilvia

Translate

viernes, 1 de junio de 2012

El gato con botas


Anónimo
(españa)

Cuento

Un molinero tenía tres hijos y todos sus bienes consistían en un asno, un gato y un molino. Cuando llegó la hora de repartirlo entre sus hijos, el mayor se encerró en el molino y dijo:
‑El molino es para mí.
El segundo agarró el asno y se marchó con él, diciendo:
‑El asno es para mí.
El tercero empezó a lamentarse:
‑¿Y qué es lo que queda para mí?
En esto apareció el gato por allí y el hermano menor dijo:
‑Ahora seremos dos a pasar hambre.
Y le dijo el gato:
‑Pues ¿por qué hemos de pasar hambre?
El pequeño le explicó que no tenía nada con que sostenerse, porque sus hermanos se habían llevado el molino y el asno, y dijo el gato:
‑No te preocupes, que ya saldremos adelante. Ahora lo único que necesi­to es que me consigas un par de botas.
‑¡Toma! ¡Unas botas! ‑decía el pequeño‑. ¿De dónde saco yo unas botas? Conque se fueron a la zapatería y el gato eligió las botas que quería y cuan­do el pequeño le dijo otra vez que no tenía dinero para pagarlas, el gato arre­gló con el zapatero que el muchacho se quedaría trabajan-do con él hasta que cubriese el precio de las botas. Y el muchacho se quedó malhumorado, pero no tenía nada mejor que hacen
Entretanto, el gato, que era muy habilidoso, se fue de caza y cazó conejos, perdices, liebres... y todas se las llevó al rey.
Y dijo el rey:
‑¿Quién nos ha traído esta caza tan buena?
Y respondían los criados:
‑El gato con botas.
‑Pues ya tengo yo ganas de conocer a ese gato ‑decía el rey.
Conque al día siguiente, cuando el gato volvió con una caza aún mejor que la del día anterior, dijo el rey:
‑Decidle al gato que suba.
El gato subió:
‑Majestad, aquí estoy.
‑¿Qué es lo que buscas? ‑preguntó el rey.
‑Nada, traeros la caza ‑contestó el gato. Y se fue por donde había venido. Al día siguiente se fue a buscar al muchacho y le dijo:
‑Deja ya ese trabajo de zapatero y ven conmigo. Te pones un poco elegante con las ropas que te quedan y cuando yo te diga te echas al río y yo empezaré a gritar:
‑¡Socorro, que se ahoga mi amo, el conde de Calamancher!
Venía el rey en coche cerca del río, acompaña-do de su hija, cuando escuchó voces y preguntó qué pasaba.
Y el gato, a la orilla del río:
‑¡Socorro, que se ahoga mi amo, el conde de Calamancher!
Conque se llegó el rey con sus criados junto al río y sacaron al pobre muchacho medio ahogado y el rey reconoció al gato y le ofreció al muchacho unos vestidos que llevaba en el coche mientras secaba los suyos. Y así continuaron el viaje, el muchacho vestido de príncipe y en el coche con el rey y su hija.
Y entretanto el gato se adelantó y a los que segaban las tierras por las que habían de pasar les decía:
‑Cuando pase el coche que viene detrás, decid que éstas son las tierras del conde de Calaman-cher.
Y a ellos no les extrañaba porque eran las tierras del conde de Calamancher y contestaron:
‑Así lo diremos.
Y el gato llegó al fin al castillo del conde de Calamancher, que era un ogro que solía comer a los viajeros que pasaban por sus tierras. Y el gato le dijo al ogro:
‑He oído decir que eres capaz de convertirte en cualquier animal.
‑Así es ‑dijo el ogro‑. ¿Es que no lo crees?
‑Lo creeré ‑dijo el gato‑ si te conviertes en ratón.
El ogro se convirtió en ratón y el gato izas! lo cazó de un salto.
Al rato llegó el coche del rey y el gato salió a recibirlo a la puerta del castillo.
‑Majestad, mi fiel amo, princesa... ‑fue diciendo mientras los saludaba con reverencia.
Y el rey ya no lo dudó más y casó a su hija la princesa con el hijo pequeño del molinero. Y el gato se quedó para siempre a vivir con el nuevo conde de Calamancher, que le hizo su consejero para todos los asuntos de gobierno del castillo, y el gato sólo pidió a cambio que dejase mandado que le hicieran cuantas botas quisiera tener.

No hay comentarios:

Publicar un comentario