El
ajusticiamiento
Anonimo
(india)
Cuento
Era un sabio vedantín.
Los vedantines consideran que todos formamos parte del Absoluto, como la ola
forma parte del océano. Era un hombre siempre contento, pero que a menudo
criticaba al monarca porque éste ejercía desmesu-rada y despóticamente su poder.
Harto de tales censuras, un día el monarca dio la orden de que fuera
ajusticiado.
Amanecía lentamente. La
guardia real llevó al sabio ante el verdugo. Una descomunal hacha iba a
rebanar la cabeza del vedantín. Cuando el verdugo levantó el hacha para dejarla
caer implacable sobre el cuello del sabio, éste lo miró con enorme compasión y
le sonrió. El verdugo, atónito, preguntó:
-¿Encima me sonríes?
¿Encima de que en este momento voy a matarte?
El sabio repuso muy apaciblemente:
-Soy yo como verdugo que
voy a ajusticiarme a mí mismo.
El violento hachazo rasgó
el perfecto silencio del amanecer y la cabeza del sabio rodó por los suelos. La
sonrisa, entrañable y compasiva, persistía en sus labios.
El Maestro dice: La energía que todo lo anima es una y la
misma.
Fuente: Ramiro Calle
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