El descanso del visitante
Anonimo
(china)
Cuento
Se
trataba de un importante funcionario. Llevaba una vida muy agitada y decidió
pasar unos días en el monasterio budista. Fue allí y se instaló en una de las
celdas. Durante tres días habló y habló con uno de los bonzos que le resultaba
más agradable, pues se trataba de un hombre bonachón, de carácter apacible y
bondadoso.
Al
tercer día de estancia, al anochecer, el funcionario tomó un buen número de
copas de vino y con voz entrecortada se atrevió a recitar un poema que decía:
Al pasar por un monasterio perdido entre
los bambúes, me detuve a conversar con el bonzo.
Lejos de mi agitada vida, gocé de un
momento de descanso.
Entonces
el bonzo comenzó a reír.
-¿Por
qué se ríe de tal manera? -preguntó extrañado el importante funcio-nario.
-Y el
monje repuso:
-Porque
su momento de descanso me ha costado a mí tres días completos de cansancio.
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