El
abuelo y el nieto
Anonimo
(india)
Cuento
India. Un atardecer
cálido. Las golondrinas juegan teniendo el firmamento como fondo. El sabio
abuelo camina satisfecho junto a su nieto. Es un niño vivaz y despierto, lleno
de inquietudes espirituales, ávido de respuestas.
-Abuelo -dice quebrando
el silencio perfecto de la tarde-, cuando el cuerpo muere, ¿qué sucede?
-El cuerpo muere, pero el
Ser nunca muere. Él es el Ser de todo el Universo. Es la esencia sutil de todo
el mundo.
-¡Oh, abuelo! -se lamenta
el muchachito-, no termino de com-prender. ¿Puedes explicármelo mejor?
-Coge un fruto de aquel
árbol.
El niño, presuroso, lo
coge y lo trae entre sus manos.
-Quítale la cáscara -dice
el abuelo. ¿Qué ves?
-El fruto.
-Abre el fruto. ¿Qué ves?
-Granos.
-Abre un grano. ¿Que ves?
-Minúsculos granitos.
-Abre uno. ¿Qué ves?
-Nada, querido abuelo,
nada.
Y el abuelo declara:
-Ésa esencia sutil que tú
no ves es el Ser. Mantiene en pie el gran árbol. Nos mantiene vivos a ti y a
mí. Hace que el río fluya y el fuego arda. Anima todos los vastos espacios. Tú,
querido mío, mi muy amado nieto, no ves esa esencia sutil, pero está ahí.
El niño, satisfecho,
agarró la mano temblorosa y envejecida de su querido abuelo. Caminando apaciblemente,
se fundieron con el horizonte como el azúcar se funde con el agua.
El Maestro dice: Lo más grande entre lo más grande; lo más
sutil entre lo más sutil; lo más infinitesimal entre lo más infinitesimal: el
Ser. Unos lo designan como Todo; otros como Nada; otros como Todo y Nada o ni
Todo ni Nada. Nombres para lo Innombrable.
Fuente: Ramiro Calle
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