Yuha
tenía una hija muy hermosa que estaba en edad de casarse y tenía muchos
pretendientes.
Vino uno
a pedir su mano y Yuha le expuso sus condiciones:
-No
puedo casar a mi hija si no engorda la vaca.
-¿Por
qué? -preguntó sorprendido el joven.
-Porque
quiero que después de parir la vaca pueda engordar mi hija con su leche.
Pasó el
tiempo y notificaron a Yuha que la vaca ya había parido.
Se
enteró el pretendiente y fue a ver a Yuha de nuevo, quien le dijo:
-Yo no
me refería a este parto, sino al próximo. Pues así mi hija crecerá y engordará
más. Mientras, no voy a concederla a nadie.
051 Anónimo (saharaui)
No hay comentarios:
Publicar un comentario