Shertat
iba andando y, de repente, se encontró con un cabrito. Al ver a Shertat huyó
rápidamente, pero éste le llamó:
-¡Eh,
espera un instante! ¿Por qué huyes?
-Tengo
miedo de que me comas -respondió el cabrito.
-Te
prometo que no voy a hacerte nada -dijo Shertat.
Y el
cabrito, confiado, se acercó de nuevo. Shertat lo cogió y excusándose dijo:
-Sinceramente,
si no fuera porque le debo a alguien una piel de cabrito no rompería mi
promesa.
Y se lo comió.
051 Anónimo (saharaui)
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