Había
una vez una reunión de todos los animales para tratar el tema de la
convivencia y las buenas relaciones, entre ellos y con el hombre.
Estaban
invitados todos los animales, domésticos y salvajes. Entre los animales salvajes
se hallaba Shertat y, entre los domésticos, el camello.
A medida
que iban llegando se distribuían alrededor de la sala. A un lado se iban
colocando los animales domésticos y al otro los salvajes.
Shertat
no podía quitarle el ojo al camello, que no cesaba de masticar. A medida que
avanzaba la reunión, se iba enfadando más y más, hasta que pidió la palabra
para poder intervenir. Cuando le tocó el turno dijo:
-Esto no
puede ser. A mí no me parece justo. ¿O es que acaso el lago tiene un lado dulce
y otro salado? Si hay comida, que se reparta entre todos.
051 Anónimo (saharaui)
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