Centinela
valiente
Anónimo
(argentina)
Cuento
El Sargento Tránsito Gauna
pertenecía al Regimiento 4, destacado en el Fortín de las Pulgas.
Criollo de pura cepa, era
famoso por la penetración de su mirada y la agudeza de su oído, dones que le
permitían identificar, en el eco lejano, la proximidad de la indiada en malón o
el paso de los animales en fuga.
Estaba de guardia una
tarde, a tres leguas del Fortín, cuando oyó el tropel de la invasión indígena
que se aproximaba.
Montó en su caballo pampa,
que siempre tenía cerca, y a toda rienda se dirigió hacia unos chañarales que
se veían a lo lejos. Allí, con un gajo de algarrobo, hizo una lanza; en seguida
tiró su sombrero y se ató la cabeza con una vincha; y así, ayudado por su color
cobrizo y su cabello lacio y recortado, quedó convertido en un verdadero indio.
Cuando el malón llegó,
Gauna, protegido por las primeras sombras de la noche, salió del bosquecillo,
se confundió con la indiada y galopó hacia el Fortín.
Los indios venían
capitaneados por los caciques Mariano Rosas y Baigorria, y por los famosos
bandidos Melchor Costa y Juan Gregorio Puebla. Cuando llegaron a las orillas
del Río Quinto, el sargento fue conteniendo el andar de su caballo, para dar la
impresión de que el animal, ya cansado, no podía seguir la marcha. Desmontó
luego favorecido por la oscuridad y, ocultándose entre los cortaderales,
consiguió entrar en la población, y comunicar al jefe de su regimiento que el
bajo del río se encontraba ocupado por una indiada numero-sísima.
El jefe mandó tocar “generala“,
y el pueblo, que acudió en masa, se unió a los soldados para construir
trincheras. Al oír el toque de las cornetas, los indios comprendieron que
habían sido vistos y que no podrían tomar el fortín por sorpresa. En la
actualidad aquel fortín lleva el nombre de Villa Mercedes, y es la ciudad más
progresista de la provincia de San Luis.
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