Una
vez la ballena paseaba por el mar; y el tiburón, a pesar de verse
tan pequeño a su lado, tuvo la desfachatez de dirigirse a ella para
preguntarle la razón de su enorme tamaño. La ballena le respondió
con soberbia: «Yo he sido la primera en existir, la primera, y no
puedes dirigirte a mí como si fuera igual que tú».
El
tiburón estaba enfadado, y se prometió comer a la ballena: así
que, dirigiéndose de nuevo a quien se había burlado de él, le
propuso una carrera hasta la superficie. La ballena, engreída, se
dirigió rauda hacia la meta; sin advertir que -en Annobón- cuando
se divisa el resoplido de una ballena los cayucos salen a arponearla.
Y
esto fue lo que sucedió. Los hombres mataron a la ballena; y, al
derramarse su sangre, acudieron una multitud de tiburones que
hicieron una gran fiesta y se la comieron.
0.111.1 anonimo (guinea ecuatorial) - 050
No hay comentarios:
Publicar un comentario