Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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lunes, 27 de octubre de 2014

El hombre y la mujer del fantasma .102

En un pueblo vivía un matrimonio con tres hijos. Cuando crecieron, se propusieron marcharse para encontrar familia y trabajo. Emprendieron el camino, tras despedirse de sus padres, y al cabo de mucho tiempo encontraron un cruce de tres caminos. El mayor propuso que se separaran y que cada uno de ellos tomara una dirección distinta, y así lo hicieron. El menor tomó el camino de la izquierda; anduvo un rato, y enseguida encontró un pueblo donde lo acogieron: le dieron trabajo, se casó con una chica, y obtuvo familia y bienes. El segundo tomó el camino de la derecha, y todo le fue mal: no encontró trabajo ni mujer, y al cabo murió solo y pobre como una rata.
El mayor siguió el primer camino, sin desviarse. Tras mucho caminar, encontró también un pueblo donde una mujer quiso casarse con él. Se celebró la boda; y, tras ella, el hombre y la mujer se acostaron. Entrada la noche, mientras el marido dormía, la mujer se levantó y se dirigió al bosque: llegó frente a un árbol determinado y empezó a cantar. Al instante compareció un enorme murciélago, se vio un chispazo y aquel murciélago se transformó en un fantasma. Y es que aquella mujer estaba casada con el fantasma, y pasó toda la noche con él.
Al alba, regresó al pueblo, donde el marido le pidió cuentas. Ella le contestó: «No es verdad que haya pasado la noche fuera de casa. He salido hace muy poquito, porque tenía que hacer mis necesidades». El chico calló, y esperó a la noche siguiente: Simuló que se había dormido, siguió a su mujer, y desde lo alto de un árbol presenció todo lo que ocurría. Al alba, regresó a casa antes que ella, e, interrogándola de nuevo, recibió la misma respuesta.
A la noche siguiente sucedió otra vez lo mismo, y el hombre, cansado del engaño, preparó una jaula. A la cuarta noche acudió al bosque. con su jaula, antes que su mujer, y empezó a cantar debajo de aquel árbol. El murciélago compareció y, antes de que se pudiera dar cuenta, se encontró metido en la jaula, tomando allí la forma de fantasma. Nuestro hombre empezó a cantar:

Nyató nyanyato
nyanyalobe mi kato
alfa mi kato.

Y la jaula, con el fantasma, empezó a volar hasta posarse delante de la casa del chico. La mujer, al darse cuenta de que la habían descubierto, se alarmó. Pero el marido propuso que todos volaran en la jaula. Ella fue la primera en hacerlo, mientras el hombre y el fantasma cantaban desde la casa:

Nyato nyanyato
nyanyalobe mi kato
alfa mi kato.

La jaula siguió volando, con la mujer, hasta posarse de nuevo junto a la casa. A continuación subió el marido, y la jaula emprendió el vuelo mientras el fantasma y la mujer cantaban.
Le tocaba el turno al fantasma. Pero el chico se adelantó y quiso volar con su mujer; y volaron y volaron hasta llegar a la casa de los padres del chico, donde se celebró de nuevo la ceremonia de la boda; de manera que la jaula tardó mucho tiempo en regresar junto al fantasma, que seguía cantando:

Nyato nyanyato
nyanyalobe mi kato
alfa mi kato.

La mujer tenía un perro que le adivinaba el futuro. Le consultó el problema que tenía, y el perro le indicó lo que debía hacer. Siguieron volando, en la jaula: primero la mujer, luego el marido, y después ambos. A1 subir la pareja, la jaula emprendió otra vez un vuelo larguísimo, llevándoles nuevamente hasta la casa de los padres del chico, donde la boda se repitió por segunda vez. Y duró tanto tiempo en esta ocasión que el fantasma, agotado de tanto cantar, se desplomó y murió.
Después de esto, el hombre y la mujer pudieron continuar su vida con toda tranquilidad.

0.111.1 anonimo (guinea ecuatorial) - 050

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