Un
hombre de la isla de Annobón quería ser famoso; pero como, al ser
pescador, las posibilidades de llegar a la fama eran mínimas, optó
por adquirir notoriedad a base de tretas: así es que una noche
preparó comida para tres días y, montando en su cayuco, se dirigió
a escondidas a un islote cercano.
Todo
el pueblo se movilizó, creyendo que le pudiera haber sucedido algo
malo. El observaba cómo le buscaban sin resultado y al cabo de un
cierto tiempo decidió volver. Entonces sobrevino una gran tormenta
e, incapaz de hacer nada más por salvarse, se tendió en el cayuco y
se durmió.
Pasada
la tormenta los hombres del pueblo vieron el cayuco; y al acercarse a
él, como le vieron tendido en la embarcación y al despedir ésta un
olor nauseabundo por haberse podrido los peces que había pescado, le
creyeron muerto.
Cuando
el desgraciado se despertó estaban ya enterrándole en el cementerio
del pueblo. Y, desesperado, se levantó y contó toda su historia,
siendo el hazmerreír de todos los demás.
0.111.1 anonimo (guinea ecuatorial) - 050
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