Había
un gallo muy trabajador: cosechaba trigo, comía lo necesario, vendía
lo que le sobraba y ahorraba mucho. De manera que, cuando llegó una
época de hambre, el rey del pueblo vecino le pidió un préstamo de
cien francos.
El
gallo se los dejó con orgullo; mas, al ver que no se los devolvía
en el tiempo convenido, decidió ir a reclamárselos. Por el camino
encontró a un perro salvaje que, al conocer su historia, quiso
acompañarle; el gallo se lo tragó y lo llevó en la garganta. Más
adelante también el río quiso conocer su historia y, después de
oírla, se mostró interesado en ir con él; también se lo tragó y
el río viajaba junto con el perro en la garganta del gallo.
Al
llegar al palacio del rey éste tenía una visita muy importante, de
manera que decidió que el gallo esperara en el corral. El ave, para
poder descansar, vomitó al perro y éste se comió a todas las
ovejas y cabritos que había por allí.
Los
guardias contaron al rey lo sucedido; y éste ordenó que metieran al
gallo en el gallinero. Allí volvió a sacar al perro para poder
descansar mejor; y éste,continuó su carnicería.
El
rey estaba desesperado y mandó llamarle: «Tengo una visita muy
importante y no sólo no dejas que la atienda debidamente sino que
arruinas mi corral y mi gallinero. Confisco, pues, tus cien francos,
y ordeno que te metan en prisión». Entonces el gallo, furioso, sacó
al río; éste arrasó el pueblo y la mayoría de sus habitantes
perecieron ahogados.
El
rey huyó despavorido y el galló se quedó a gobernar aquel pueblo.
0.111.1 anonimo (guinea ecuatorial) - 050
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