Cuentan
los más viejos de Annobón que una vez, no se sabe de dónde, el
diablo apareció en un pueblo de la isla un día en que descargó una
fuerte tormenta.
El
demonio buscó refugio bajo una palmera, pero ésta tiene tan pocas
hojas que aquel malvado seguía mojándose. Por lo que se fue a otro
árbol, el pangola, que es muy frondoso y le guareció de la lluvia.
Por
eso se dice que el diablo se enemistó con la palmera y bendijo al
pangola. Y hoy, cuando alguien quiere hacerle brujería a otro,
espera a que pase junto a un pangola.
0.111.1 anonimo (guinea ecuatorial) - 050
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