Que don Juan el zorro ha andado disparando
de su tío tigre .
El tigre había
jurado que ande lo encontrara lo iba a matar.
Que el zorro andaba un
día en el monte
con mucho hambre y se encontró un cuero. Lo puso a remojar. Cuando ha estado el
cuero bien remojado se ha puesto a cortar lonjas.
En eso ha llegado el tigre y no li ha dado
tiempo de disparar al zorro. Áhi el zorro disimulando el susto le ha dicho:
-¡Qué suerte tío que lo
encuentro! ¡No sabe cómo estaba de preocupado porque no lo encontraba a usté!
-Porque ya todos saben
que va a venir un viento muy juerte que va arrancar todos los árboles del monte y que sólo se van a salvar los que sean gruesos
como éste. Por
eso m'hi puesto a hacer lonja con este cuero para atarme en este tronco. Pero, como yo lo quiero tanto,
le puedo ceder el puesto, y atarlo a usté, y yo puedo buscar alguna cueva para
meterme y salvarme.
El tigre se ha asustado en serio y se ha creído
lo que le decía Juan. Se ha olvidado también que lo andaba persiguiendo a Juan
por pícaro y le ha dicho:
-Atame, Juan, atame en
ese tronco lo más juerte que podás y vos buscate una cueva. Sos chico , vas a caber en
cualquier parte.
El zorro inmediatamente ha empezado a atarlo
con toda su juerza. Cuando estuvo bien, bien amarrado, agarró un palo y le pegó
unos güenos garrotazos, y lo dejó al tigre
aporriado y furioso con la mala jugada del
zorro.
Dorila de Córdoba, 53
años. Libertador General San Martín. Ledesma, Jujuy , 1953.
Maestra de escuela.
Buena narradora.
Cuento 107. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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