Resulta que el zorro y el
quirquincho se habían armado una sociedá y se buscaban así para comé cosas.
El quirquincho, entonce, comía, y
sacaba do o tre empanadilla y se le bajaba otra vez. Y lo invitaba al zorro. Y
le decía el zorro:
Ya como li habían hecho do vece el
cuento, la señora el tercer día ya había veníu con un palo. Entonce lo ve al
zorro, áhi, en el caminito, y dice:
Raúl Vera, 21 años. Ciudad de
Tucumán, 1970.
Muchacho campesino. Hace el
servicio militar en la capital.
Cuento 5. Fuente:
Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 030
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