Hicieron un arreglo el zorro con el
lión. En ese momento no tenían qué comer. Se trataban de tío y de sobrino. Y
dijo el lión:
-Yo voy hacer una cosa. Yo me voy a
quedar de muerto, en todo el campo. Usté, sobrino, avise a todos los vecinos,
el guanaco, el avestruz, el peludo y el zorrino, y todos los animales. Entonce
que vengan en reunión.
El zorro tiene su corneta y tocó pa
avisar un fallecimiento. Vinieron los vecinos, cuando hicieron la reunión. Y el
zorro empezó a dar güelta ande 'taba el muerto. Y los animales, los vecinos,
daban güelta. Y el zorro iba adelante y atrás iban los demás. Y claro, el lión
miraba un poquito pa agarrar el más gordo. Y empezaron a pasar más cerquita.
Entonce el lión saltó y agarró un guanaco. Y se dispararon todos. Los engañó el
zorro.
Carniaron el guanaco. Entonce ya
tuvieron qué comer. Empezó a comer la mejor carne el lión. La mejor parte. No
le daba al zorro. Entonce dice el zorro:
Empezó a soplar la vejía. Se empezó
a cazar moscas, y le metió moscas a la vejía. Y el lión de tanto que comió se
durmió. El zorro le ató la vejía en la cola, con moscas. Entonce, cuando le ató
la vejía, dijo:
Entonce, cuando sintió él el ruido
creyó que venía enemigo y salió disparando, y el zorro tuvo qué comer. El lión
se disparó.
Antonio Colimán, 30 años. Junín de
los Andes. Huiliches. Neuquén, 1960.
El narrador es araucano, pero dice
que no habla la lengua indígena. Ha cursado algunos grados de la escuela
primaria.
Cuento 208. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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