Dice que el lión y el zorro eran
compadres. Según dicen. Así es la tradición. El zorro, por cierto que es muy
pícaro, y siempre ocurría que cuando salían con el compadre a cazar, le
convidaba algo el lión, ¿no? Le decía:
El lién escondía siempre la presa,
como acostumbra a hacerlo497
y el zorro venía y le ensuciaba todo. Y sucede que volvía el lión al día
siguiente y se encontraba con que lo que había cazado estaba todo sucio. Venía
el compadre y le decía:
-Pero, compadre, ¿cómo puede ser
esto?, dice, mire, ayer yo dejé todo esto limpito acá, mire, 'ta todo sucio, no
puedo comer.
-Bueno -dice- muy bien.
Se vuelve el zorro, hace la misma
operación, le ensucia todo, con tierra, con todo lo que había cerca, con agua
sucia, todo eso. Bueno, el lión lo ve al compadre.
-Mire, compadre, cómo puede ser que
haya tanta maldá. Mire que yo soy generoso -dice- y le doy mi parte -dice- para
que esto no ocurra. ¿Cómo puede ser?
Muy bien. Agarra y carnean la vaca.
Lo quería agarrar, a ver si lo podía agarrar y el lión estudiaba, porque el
zorro era muy pícaro. No se arrimaba mucho. Y en una de esas le pegó un manotón
el lión. Dice:
Ya no podía arreglar. Éste andaba
muy mal con el compadre. El compadre le dijo que ande lo encontrara lo iba a
matar. Entonces se encuentra que el zorro andaba por ahí solo, había visto unos
avestruces, y el lión lo seguía de cerca.
Para esto el zorro se encontró con
unos perros salvajes, cimarro-nes. Después de arrinconarlo al zorro le dicen:
-No, miren -les dice, yo tengo una
partida de avestruces, podemos compartir la ganancia. Y por áhi me sigue mi
compadre lión que anda mal conmigo y no le quiero participar por que me ha
jugado mal. Pero uno de ustedes me tiene que llevar -le dice- para agarrar los
avestruces.
Y lo ve el compadre lión que iba a
caballo en un perro. Y dice:
Lo vio el lión y lo siguió, no lo
pudo alcanzar. El zorro iba en el perro y el perro es más ligero que el lión,
no lo pudo alcanzar. Pero llegó un momento que el perro se dio vuelta y cayó el
zorro. Y entonce no tuvo más remedio que meterse en una cueva, en una
vizcachera.
-Mire, inviteló a mi compadre con
los ahijados que vamos hacer una gran fiesta. Digalé que lo que tenía conmigo
ya se terminó -dice.
-Mire, yo tengo necesidá de
escaparme porque mi compadre, cuando yo esté adentro, seguro que me va querer
agarrar. Cuando empiece el baile. A ver si me puedo escapar.
-No se haga problema
-dice. Yo lo voy hacer pasar por donde esté, yo le voy hacer lugar, pero usté
pasa.
Pasó adentro el zorro. Empezó la
comilona y después empezó el baile. Entonce el lión lo esperaba al zorro para
agarrarlo, ¡no!
Bueno. El lión muy confiado se
sentó en la puerta. Dice por acá va pasar mi compadre. Para esto lo esperaba.
Se fueron todos y el zorro no apareció. Se le había escapado por la cueva que
le había hecho el peludo.
Eduardo Mundano, 59 años. Zapala.
Neuquén. 1971.
El narrador, de antiguo asiento en
la comarca, que conoce muy bien, es hacendado y persona de prestigio. Tiene
fama de gran narrador en el lugar.
Cuento 232. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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