Los
reyes de San Antonio de Pale tuvieron tres hijos. Cuando se hicieron
mayores y llegaron a la edad de casarse, hablaron con ellos: los dos
primeros querían salir de Pale para ir a buscar una mujer que les
conviniera. El más pequeño, en cambio, no solamente había oído
rumores muy malos acerca de las mujeres, sino que además no quería
salir de la ciudad para no tener que enfrentarse a ningún peligro.
Los
padres estuvieron de acuerdo. Y los dos mayores empren-dieron el
camino juntos hasta que llegaron a un cruce de caminos. Entonces el
mayor dijo: «Aquí debemos separarnos, pero dejaremos un pañuelo
como prenda: si uno de los dos puede volver aquí y encuentra el
pañuelo quemado, significará que el otro ha muerto y que debe
volver a Pale».
El
mayor siguió por la derecha y, al cabo de mucho tiempo sin encontrar
a ninguna mujer que le quisiera, se enfrentó a un gigante y murió
aplastado por aquella criatura. El mediano, por su parte, se pasó
años y años buscando a una mujer a su gusto, y tampoco la encontró.
Al pasar por el cruce, de regreso a la ciudad, vio que el pañuelo
estaba quemado y lloró amargamente la muerte de su hermano.
Al
llegar a Pale encontró que sus padres eran ya muy ancianos. De
manera que se quedó allí con ellos y con su hermano pequeño, el
cual, en vista de lo acontecido, se quedó soltero por el resto de
sus días.
Fuente: Jacint Creus/Mª Antonia Brunat
Fuente: Jacint Creus/Mª Antonia Brunat
0.111.1 anonimo (guinea ecuatorial) - 050
No hay comentarios:
Publicar un comentario