Eran
tres hermanos que vivían solos con su madre, que ya era muy anciana.
Acordaron que debían casarse para tener a alguien que les cuidara. Y
así, un día, el hermano mayor partió de casa en busca de esposa.
Caminó
y caminó durante mucho tiempo, hasta que llegó al río A Bobo.
Junto a la orilla había una hermosa casa donde vivía una bruja
llamada Makus. Al ver llegar al muchacho dijo: «¿Es que no sabes
que toda esta zona está prohibida?». E inmediatamente el cielo se
oscureció y un enorme monstruo cogió al hermano mayor y, burlándose
de él, lo mantuvo raptado en lo alto de una enorme montaña.
Al
cabo de mucho tiempo el hermano mediano también quiso ir a buscar
esposa. Tomó la misma dirección que el mayor y, al llegar junto al
río A Bobo, le sucedió lo mismo: al conjuro de Makus, el monstruo
lo raptó y lo encerró con su hermano.
Le
tocaba el turno al más pequeño: al ver el poco éxito que habían
tenido sus dos hermanos mayores, partió en dirección opuesta. Llegó
a un pueblo lejano donde, al no conocerle, le encerraron en la
cárcel. Pero pronto se dieron cuenta de su bondad y, liberándole de
la prisión, le dieron trabajo y afecto.
El
rey de aquel pueblo conversaba a menudo con él; y le cogió tanto
cariño que, al fin, le propuso que se casara con su hija. El
muchacho accedió; y una vez celebrada la boda pidió al rey que
enviara a sus soldados a luchar contra el monstruo. Éste fue vencido
y los hermanos liberados.
Después
hizo llamar a su madre. Y todos juntos vivieron muy felices para
siempre jamás.
Fuente: Jacint Creus/Mª Antonia Brunat
Fuente: Jacint Creus/Mª Antonia Brunat
0.111.1 anonimo (guinea ecuatorial) - 050
No hay comentarios:
Publicar un comentario