Bueno,
se cuenta, ha llegado a mi conocimiento, de que en una opor-tunidad,
este, hubo una gran guerra. Todos los animales de aire, o sean los
que vuelan, este, contra todos los animales terrestres. Entrando
fieras y animales domesticados, todo el mundo de tierra era contra
los de aire, ¿no? Y... claro, se estaban comenzando las
organizaciones para ver cómo iban a distribuir el combate. Y
entonces, el jefe de los animales de vuelo, manda a un mosquito a que
se esconda entre los yuyos, cerca donde 'taba la reunión de los
terrestres, para traer datos, así que hacía las veces de espía. Y
el jefe, que era el león, le decía al zorro que tenía que ir al
frente, y que mientras el zorro vaya con la cola levantada, era
señales de que había que ir avanzando, porque iban venciendo, iban
ganando la guerra. Pero que, cuanto el zorro bajara la cola, había
que emprender la retirada, porque eran vencidos. A todo esto el
mosquito, entonces, salió volando y se fue a dar la noticia a su
jefe. Pero para tal caso, el jefe de los animales que vuelan,
instruyó a una abeja para que se fuera rápidamente y en plena
guerra le picara la cola al zorro, debajo de la cola, claro.
En
pleno combate va la abeja y le pica debajo de la cola al zorro que
iba con la cola levantada. Y el zorro no pudo aguantar la picadura y
escondió la cola entre las piernas, ¿no? Y de esa manera se
desbandaron todos los animales terrestres pensando en que estaban
perdiendo la batalla y ganaron los animalitos más débiles. Así que
esto demuestra de que no sólo el fuerte siempre gana, sino que gana
también la inteligencia.
Ronaldo
Elleceer Urruti, 35 años. Cañuelas. Buenos Aires, 1969.
Ganadero.
Muy conocedor de la narrativa de su región.
Cuento
532. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1 anonimo (argentina) - 033
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